"Hay veces en que afuera, duele.
Existen veces en que los dedos se erizan, y tocar, es solo hostil.
Esas veces en que el corazón se nos cae dentro del cuerpo, y la mirada se hace vidrio.
Cuando el aire se nace piedra en el centro de la garganta.
Cuando las palabras son violenta cadena aferrada a la propia cabeza.
Cuando al caminar hacia delante, se nos ensucia la frente, cal y arena.
Hay veces, en que todo aparenta ser una mierda.
Y nuestra sangre, laberinto críptico, se encoje de hombros ante el pedido de soluciones (...)"
Y cuando pasa así, cuando sentimos que el próximo paso dará exactamente al vacío, y no tenemos más opción que darlo -a pesar de todo-, nace un escalón.
El escalón es red y aire. El escalón lleva el nombre de un amigo.
Y de pronto vemos, que no es solo un escalón.
Sino todo un camino.
A esos amigos -que en este caso no son los míos, pero ya como a los míos quiero- que procuran cuidado, abrazo y risa; a esos amigos, yo les dedico mi abrazo. El más agradecido, el más sincero, el más sentido.
Por hacer cantar a luciérnagas silenciosas.-
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